Según la tradición, Blas de Sebaste era conocido por su don de curación milagrosa, que aplicaba tanto a personas como a animales. Salvó la vida de un niño que se ahogaba al trabársele en la garganta una espina de pescado. Este sería el origen de la costumbre de bendecir las gargantas el día de su fiesta el 3 de febrero.
Su culto se extendió pronto por toda la iglesia y es costumbre popular invocarle particularmente para remediar afecciones de la garganta.
Pues nosotros ya tenemos el cordón de San Blas.
Pero la verdad es que en mi caso, es ponérmelo y me empieza a doler la garganta...
Se supone que debería ser al revés, pues nada, año tras año, me lo pongo y me duele la garganta que flipassssss......
¿Será cuestión de fe?
El caso es que nuestro cordón es muy mono, rojo y blanco, del Athletic, pero la garganta me duele de pelotassss.....
Que la música te acompañe...
Nos vemos en los bares del mundo...
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