Hola, soy licenciada en filología y profesora en un Instituto en donde cada día suceden una infinidad de cosas al margen de las propiamente académicas que enriquecen y trastornan mi vida. Adicta al rock&roll desde los 13 y loca por el cine. la literatura, las series de tv, y por cualquier artilugio que tenga una manzanita.
Por otro lado soy trimadre, es decir, madre de 3 niños que son mi vida. Salgo de clase volando para disfrutar con ellos y cada uno en su individualidad completa mi existencia y lo son todo para mi.

lunes, 28 de enero de 2013

EL PARAÍSO DE LOS PERROS

Mi pueblo es el paraíso de los perros...
Pero sobre todo de los dueños de los perros en cuestión.

Cierto es que en los pueblos colindantes hacen un escrupuloso seguimiento de los perros y sus dueños, tanto para delimitar las zonas de paseo, el hecho de llevarlos atados, controlar los lugares en los que hacen sus necesidades, imponerles potentes multas en caso de no recoger sus excrementos...

En nuestro pueblo, en cambio, se les deja campar a sus anchas, y a los dueños se les permite absolutamente todo. 

Bien es verdad que a mi no me gustan mucho los perros, pero no tienen por que gustarme, digo yo...

No me gusta que cada vez que uno pasa suelto, yo tenga que cruzar de acera...
O que cuando sus dueños me ven asustada me digan: "tranquila, que no hace nada, sólo esta jugando"...
Entonces es cuando ya me doy la vuelta y le digo: " y una m... jugando" a mi que ni me toque, que para jugar me compro un monopoli...

Pues ya lo último es que todos los jardines de mi pueblo están llenitos de kaka de perro, da igual que dispongan de zonas y papeleras especiales, da igual que sea un parque de niños (con sorpresas en la parte oculta del tobogán)...el caso es que uno sale de casa y tiene que ir sorteando minas que se va encontrando por el camino, minas anti-persona (bien sea jardín, o cemento).

El caso es que antes de ayer según iba a hacer un recadito con mi pequeño, él iba junto a mi haciendo pompas de jabón cerca del jardín, cuando de pronto vi que perdía un poco el equilibrio y caía con una mano sobre el jardín, con tal suerte que justo donde puso la mano aplasto una inmensa "kaka" de perro con un olor espantoso que no conseguimos quitar durante 2 días ni con lejía. Casi le dejo la mano sin pigmentación de lo que frotamos.
Pero lo curioso es que al intentar quitar lo mayor de camino a casa no encontramos un trozo de hierba limpio en el que poder limpiarse, ya que todo estaba abarrotado de "kaka".

Jardines precioso tenemos, si, no muchos, pero bonitos...pero ¿para quién?









Que la música te acompañe...
Nos vemos en los bares del mundo...

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