Hola, soy licenciada en filología y profesora en un Instituto en donde cada día suceden una infinidad de cosas al margen de las propiamente académicas que enriquecen y trastornan mi vida. Adicta al rock&roll desde los 13 y loca por el cine. la literatura, las series de tv, y por cualquier artilugio que tenga una manzanita.
Por otro lado soy trimadre, es decir, madre de 3 niños que son mi vida. Salgo de clase volando para disfrutar con ellos y cada uno en su individualidad completa mi existencia y lo son todo para mi.

domingo, 24 de febrero de 2013

NIEVE POR DOQUIER

Domingo por la mañana.
Anunciaban nieve, pero la verdad es que no paraba de llover.
Hacia frío, eso si, pero no terminaba de caer la gran nevada anunciada en el litoral.
Al pequeño le pareció un fraude eso de que todo el mundo anunciara una jornada de nieve que no acababa de llegar.

Así es que ni cortos ni perezosos, "si la montaña no va a Mahoma, Mahoma tendrá que ir a la montaña".
Nos levantamos más o menos pronto (bueno, unos más que otros) y empezamos a prepararnos para la excursión.

Kit de nieve...preparado!
Ropa de recambio...preparada! (para 5 claro todo hay que decirlo...)
Algo de avituallamiento...preparado! (Bueno, quien dice algo de avituallamiento dice unas patatas, unos frutos secos, algo de chocolate y agua).
No hizo falta subir demasiado, cuando a 10 minutos ya nevaba, a 15 minutos estaba todo blanco, y a 20 minutos teníamos 2 carriles de la autopista cubiertos de nieve y hielo.

No cesaba de nevar...
En el coche ya se preveía el espesor de la nieve...


Hubo un momento de apuro en el que no veíamos ninguna salida posible en la autopista, y la nieve apretaba de lo lindo.
Por fin avistamos una salida y una posible campa para deslizarnos con los trineos y hacer un muñeco de nieve.
Parecía que el mundo se había parado y habíamos aterrizado en "Narnia" como decía un amigo que venía con nosotros.
Un espesor de nieve brutal (al pequeño le cubría por las rodillas), preciosa, limpia, blanquísima y completamente virgen.
Sin un alma que apareciera por los los alrededores, hacia el momento más especial (por el silencio y la intimidad)...


Una estampa inolvidable.
Se nos quedara en la retina.
Un paseo, unas bajaditas en trineo para los más osados...
Unas fotos...





































Y el obligado muñeco de nieve (el pequeño me hizo llevar hasta una zanahoria para ponérsela en la nariz).
Nos quedó de lo más aparente...

Una mañana espectacular...



Que la música te acompañe...
Nos vemos en los bares del mundo...















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